¿Qué es una IRA?
La infección respiratoria aguda (IRA) es un grupo de enfermedades que afectan el aparato respiratorio, tanto las vías altas (nariz, garganta, oídos) como bajas (bronquios y pulmones), y que evolucionan en un periodo menor a 15 días. Estas infecciones pueden ser causadas por diferentes microorganismos, principalmente virus (como los de la influenza, parainfluenza, coronavirus, rinovirus, entre otros) y, en menor medida, bacterias como Streptococcus pneumoniae y Haemophilus influenzae.
Las IRA son una de las principales causas de morbilidad y mortalidad a nivel mundial, especialmente en niños menores de 5 años, adultos mayores de 60 años y personas con enfermedades crónicas o inmunosupresión.
Síntomas comunes de la IRA
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Tos
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Fiebre
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Dolor de garganta.
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Congestión o secreción nasal
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Dolor de cabeza
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Ronquera
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Irritabilidad (especialmente en niños)
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Dificultad para respirar, respiración rápida o hundimiento de las costillas al respirar en casos más graves
En casos leves, como el resfriado común, los síntomas suelen ser autolimitados y no requieren antibióticos. Sin embargo, las IRA pueden progresar a cuadros más severos como neumonía, especialmente en los grupos de riesgo.
Signos de alarma (cuándo consultar de inmediato a un médico)
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Dificultad respiratoria o aumento en la frecuencia respiratoria.
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Hundimiento de las costillas al respirar
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Coloración azul en labios, cara o uñas (cianosis).
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Fiebre alta persistente (mayor de 38,5 °C por más de dos días).
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Decaimiento o somnolencia excesiva
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Convulsiones
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Rechazo a la alimentación o vómitos persistentes, especialmente en lactantes.
Prevención de las IRA
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Lavado frecuente de manos
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Evitar el contacto cercano con personas enfermas.
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Cubrirse la boca y nariz al toser o estornudar.
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Mantener buena ventilación en espacios cerrados.
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Uso de mascarilla en lugares concurridos o si se presentan síntomas.
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Mantenerse hidratado y no automedicarse
Importancia de la IRA en salud pública
Las IRA representan un reto importante para los sistemas de salud por su alta frecuencia, facilidad de contagio y potencial de complicaciones graves, sobre todo en los grupos vulnerables. La mayoría de los casos son leves, pero la vigilancia y el reconocimiento temprano de los signos de alarma son clave para evitar complicaciones y muertes prevenibles.
En resumen, la IRA es una enfermedad aguda y frecuente del aparato respiratorio, que puede variar desde cuadros leves hasta graves, y cuya prevención y atención oportuna son fundamentales para reducir su impacto en la población.





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